Programa de Prevención, Detección y Cuidado de tu salud visual

Todos podemos padecer Baja Visión y de hecho, tarde o temprano, en mayor o menor medida, todos la padeceremos con el paso del tiempo. No obstante la Baja Visión también afecta a personas de todas las edades, ya que puede tener su origen en malformaciones congénitas o en accidentes. Es importante resaltar que en si misma no es una enfermedad, sino una denominación genérica para referirse a una visión limitada.

Es muy importante prestar atención a aquellos miembros de nuestra familia en situación de riesgo, ya que en muchos casos quien la padece, si es una persona de edad avanzada no toma medidas para remediar su mal, y existen medios para darle la posibilidad de disfrutar de una vida activa y cómoda

No es una enfermedad y por lo tanto no tiene cura. Sin embargo hay que actuar lo antes posible y controlarla.

En realidad no hay un baremo concreto para determinar si usted padece o no Baja Visión. Como norma general, se puede decir que la padeces si tu vista no te permite realizar con comodidad tareas cotidianas como pasear por la calle, leer un libro, ver la televisión.

Son muchas y por diversas causas, pero las más habituales son: Dmae o degeneración macular asociada a la edad, retinopatía diabética, retinosis pigmentaria, miopía magna, glaucoma, Catarata. Etc.

Las ayudas visuales pueden ser ópticas y no ópticas.

Ayudas visuales ópticas: Las ayudas visuales ópticas se desmarcan de las lentes correctoras normales , ya sea por ser un filtro selectivo especial con un mínimo de absorción o por ser un microscopio o telescopio para poder sacar mejor provecho del resto visual o incluso una telelupa o ayuda visual electrónica para pacientes con baja visión severa.

Ayudas visuales no-ópticas: Las ayudas visuales no ópticas también son de vital importancia y en muchos casos el complemento ideal de las ayudas visuales ópticas. Pueden ser desde una lámpara de luz fría, un atril, a un programa informático con aumentos y voz.